Hitler era diferente del resto de los niños. Tenía una fuerza interior y era guiado por su espíritu e instintos. Podía dibujar con habilidad cuando tenía sólo once años. Sus primeros dibujos y acuarelas, a la edad de 15, estaban llenas de poesía y sensibilidad. Uno de sus más notables obras de sus primeros tiempos 'Fortress Utopia' (utopía de fortaleza), nos muestra que también fue un artista de una poco común imaginación. Su orientación artística tomó varias formas. Escribió poesía desde que era chico. Dictó una obra entera a su hermana Paula, que se sorprendió por su orgullo. A la edad de 16, en Viena, se embarcó en la creación de una ópera. Incluso diseñó el escenario, así como el vestuario; y, por supuesto, los protagonistas eran héroes wagnerianos. Mas que un artista Hitler fue por encima de todo un arquitecto. Cientos de sus obras son notables, tanto por su pintura como por su arquitectura. Podía describir de memoria y con todo detalle la cúpula de una iglesia o las complejas curvas del hierro forjado. Fue, sin duda, su sueño de convertirse en un arquitecto lo que le llevó a Viena a principios de siglo. Cuando uno ve los cientos de dibujos, bocetos y pinturas que creó en dicha época, así como su dominio de las figuras tridimensionales, le parece sorprendente que los examinadores de la Academia de Arte le suspendieran por dos veces consecutivas. El historiador alemán Werner Maser, que no fue precisamente un amigo de Hitler, criticó a sus examinadores: "Todos sus trabajos revelaban un extraordinario conocimiento y dominio de la arquitectura. El constructor del Tercer Reich dio motivos para que la Academia de Artes estuviese avergonzada.
¿Quien fue Hitler ? Primero y ante todo fue un artista. Un artista desconocido que nos seria presentado como un mal embadurnador de edificios, cuando en realidad, ciertos cuadros suyos, sobre todo aquellos que pinto durante la I Guerra Mundial, en el frente de Flandes y en el frente francés, son obras de arte de equilibrio de ideas de serenidad, de transparencia de colores. No hay grandes hombres que no sean, primero y ante todo, grandes artistas. Toda obra, sea o no política, que no realce el esplendor de la belleza, no es mas que un árbol sin raíces, presto a ser desechado por el próximo vendaval.
Artista, Hitler encuentra en el fondo de si mismo -ya que nadie le ayudará-, las grandes fuerzas nutritivas que la belleza necesita. Cuándo el hombre esta poseído por la belleza, ¿que potencia no alimentara su fe? Entonces ya nada se le resistirá. En solo diez años, un pueblo entero se entrego en cuerpo y alma a Hitler.
En mil años y hasta el fin de los tiempos. Hitler el grande, denominado los siglos continuara vivo.
Léon Degrelle.
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